Funeraria Blandino

Después del duelo, me quiero

13 mayo, 2020

Por: Mabel Mejía
Terapeuta Familiar y de Parejas
MA. Neuropsicología, IM y Mindfulness
Centro Vida y Familia Ana Simó

Lo que implica un proceso de duelo, aun llevado de la mejor manera y aun siendo éste trabajado terapéuticamente supone el cansancio y el desgaste emocional de quien lo vive, lo que también se suma al dolor emocional de la pérdida de ese ser querido.

Este proceso, el cual nos afecta tanto de manera emocional hará que también se degeneren dolencias físicas como trastornos estomacales, de la piel, del sueño y de nuestro sistema inmune, y es entonces que una vez atravesado esta pedregosa situación será necesario que nos enfoquemos, en reconectar con nuestro ser, el cual probablemente haya perdido una parte importante de su vida, que es generalmente en lo que se convierten esos seres queridos que se van.

Es de esperar que independientemente de que hayamos superado el duelo, habrán momentos con un significado simbólico que reanuden nuestro duelo, ya sean fechas especiales, cumpleaños, aniversarios o días significativos entre quien se ha ido y quien ha superado el duelo y es en este momento que tendremos que saber que no significa que no lo hemos superado sino percibirlo como una parte habitual y normal de reacomodación de la muerte, no juzgarnos y volver a componernos para continuar con una vida sana lejos del ser querido, y en este punto es cuando será necesario que nos aceptemos como seres humanos capaces de caer y de levantarnos.

Será necesario que empecemos a enfocarnos en reinventarnos a nosotros mismos y empezar a asumir la vida de un yo que transitará mas solo pero con una experiencia de vida diferente, en ese momento aunque no lo creamos estaremos trascendiendo también a otro lugar emocional en el que luego de una experiencia dolorosa nos propondremos valorar más nuestra vida, introduciendo hábitos saludables, y recursos de autocuidado que nos permitan recuperar la energía que debimos emplear en un proceso de duelo, será importante que nos miremos y entendamos qué nos hace falta finalmente para componernos y sentirnos mejor después de la pérdida, será necesario reenfocar esa energía gastada y justificada, en cuidar la persona que nos queda que somos nosotros mismos.

Cada quien será responsable de asumirse luego de un duelo, identificando cuales eran esas cosas que más disfrutábamos con o sin el ser querido y poner las energías en ese bienestar que nos generaba, de manera que la pena y la pérdida pueda reanudarse en un momento triste pero que empiece a dejar de ser la constante en nuestra vida.

Será necesario que identifiquemos una red de apoyo (amigos, familiares o compañeros de trabajo) que sepan que nos vamos a proponer estar mejor y sirvan de aliados en esta nueva reconstrucción del propio ser; también se considera un excelente momento para iniciar un proceso terapéutico centrado en el propio desarrollo emocional y crecimiento personal, este proceso terapéutico no será necesario únicamente para el proceso de duelo, sino para asumir la vida luego de haber perdido las energías emocionales durante el proceso de duelo.