Funeraria Blandino

LOS NUEVOS RITUALES FUNERARIOS EN TIEMPOS DEL COVID-19

16 mayo, 2020

Hay un antes y un después en el mundo y específicamente en República Dominicana, a partir del 19 de marzo del 2020, fecha donde se dió inicio al estado de emergencia y toque de queda en todo el país por la amenaza inminente del coronavirus que inició en Wuhan (China) en diciembre del 2019. Este virus como un enemigo silencioso, extraño y difuso fue arrastrándose por diferentes países del globo terráqueo hasta ser considerado una pandemia por la Organización Mundial de la Salud.

El orden económico y social de los países cambió abruptamente, imponiéndose en muchos lugares un confinamiento o cuarentena total o parcial. En República Dominicana, se declaró una cuarentena parcial, motivando a un distanciamiento social o físico con el lema de #quedateencasa muy mencionado en las redes sociales.

El incremento de las cifras de afectados por el coronavirus, ofrecidos en el boletín 52 del Ministerio de Salud Pública de nuestro país, a la fecha rondan por las 10.345 personas, alrededor de 388 fallecidos y un alto número de personas en aislamiento.

El panorama de nuestras vidas de repente cambió abruptamente dejando tras de sí un tsunami de situaciones de pérdidas inesperadas, tangibles e intangibles con una secuela de altos niveles de ansiedad, trastornos de sueño, irritabilidad, desconcierto, impotencia y desesperanza.

Una de las situaciones más difíciles que han tenido que enfrentar muchas personas, han sido las pérdidas de seres queridos en medio de esta pandemia, específicamente los fallecidos por el covid-19.

De repente el protocolo funerario cambió súbitamente y más drásticamente para los dolientes de personas que fallecieron afectados por el virus. Desde el internamiento en un hospital en medio de fuertes medidas de aislamiento, muchos familiares se vieron despojados de la oportunidad de estar presentes en las últimas horas de vida de su ser amado, que en una escalada inesperada se iba agravando en cuestión de horas; era una experiencia extraña y amarga para las familias así también para el enfermo, que se encontraba aislado en una sala inhóspita, sin recibir muchas explicaciones, con médicos y enfermeras atemorizados y desconcertados por un virus que desconocían y que solo con tratamientos experimentales a ciegas trataban de aliviar los síntomas. No pudieron estos enfermos convertidos en terminales en espacio de días, poder despedirse, ni tampoco enviar un mensaje a sus seres queridos o dar un último adiós.

Así se presentaba el panorama para esas familias que vieron por última vez a su ser querido partir en una ambulancia desde sus casas y solo les quedó un fugaz recuerdo de sus últimos días en el hogar, donde con gran impotencia veían como se agravaba el estado de salud de su ser amado.

Lo que proseguía para esas familias aturdidas y todavía en shock trás el fallecimiento, a los cinco o diez días después de un largo batallar entre la vida y la muerte, era enfrentarse a un nuevo protocolo funerario, extraño y totalmente atípico para todos los dominicanos, acostumbrados a un velatorio de uno o dos días, y hasta en casos de cremación acordada, ofrecer una despedida previa acompañado de familiares y amigos íntimos.

El funeral es un ritual tradicional que declara el inicio del duelo en los dolientes, simboliza la despedida de una persona que ya no estará en el mundo de los vivos, se inicia con un velatorio organizado por la familia, con una misa seguida por la despedida final y depositario de los restos en el cementerio.

De repente las familias se han visto obligadas a tener un nuevo orden de despedida, no hay opción de ver al fallecido especialmente en los casos de los infectados por el coronavirus, desde el hospital pasan directamente a las funerarias envueltos en bolsas especiales con altas medidas de seguridad para proseguir a ser cremados.

No hay despedida de ningún tipo, solo un amargo y triste recuerdo de una pesadilla que apenas se logra entender y asimilar.

¿Qué pueden hacer los dolientes en estos casos?

La única alternativa es acudir a realizar rituales simbólicos con la esperanza de que en un futuro no demasiado distante se pueda contar con ese abrazo y acompañamiento de familiares queridos y amigos cercanos y poder realizar una misa o memorial especial recordando a ese ser querido que ya no estará presente Estos ceremoniales se realizarán de acuerdo a las creencias y tradiciones de cada familia.

Rituales Simbólicos

Los rituales nos ayudan en diferentes aspectos:

  • Facilitan en el proceso de concientizar la pérdida
  • Promueven la expresión de los sentimientos
  • Son una construcción social de significados compartidos

Hay muchos tipos de rituales simbólicos, en este artículo se explicarán algunos rituales individuales y rituales compartidos.

Rituales individuales

Pueden ser realizados por los dolientes en momentos donde las personas están solas y tranquilas, en conexión con la pérdida de su ser querido.

Se recomienda que se escoja un lugar tranquilo de la casa, donde no se tengan interrupciones externas, puede ser en un espacio íntimo en un jardincito, un área personal (estudio, habitación) se puede tener una foto de la persona fallecida, o un objeto que nos conecte con esa persona, se pueden tener flores, algún velón encendido si se desea.

Se puede iniciar con una oración, si las personas son creyentes, o directamente tener un momento de silencio, de meditación; algunos dolientes ponen una música suave, pueden escribir lo que sienten llevando un diario de sentimientos, pueden dar las gracias por los momentos compartidos, y en casos de tener asuntos no resueltos, sentimientos ambivalentes también se pueden desahogar en esos momentos.

Pueden ser espacios de mucha emotividad donde las personas se sientan libres de llorar evitando así hacerlo delante de los demás familiares que conviven en la casa.

Esta actividad se recomienda para adolescentes y adultos. Se pueden realizar en un inicio una o dos veces a la semana de acuerdo a la necesidad de cada individuo de conectar con su pena, y su ser querido recién fallecido. Poco a poco se van espaciando en la medida que el doliente vaya procesando su duelo.

Rituales Compartidos

Estos pueden ser de dos tipos: con la familia que convive en la misma casa, es decir hijos, padres, adultos mayores o incluyendo a familiares y amigos cercanos.

Se pueden sugerir varias actividades:

  • Dedicar un día a realizar una comida preferida de la persona que ya no está presente físicamente
  • Elaborar una caja de recuerdos con pensamientos, reflexiones, dibujos (incluyendo a los niños), poemas
  • Elaborar un collage entre todos con mensajes que recuerden a la persona, este se puede colocar en un área de la casa para que los miembros presentes puedan escribir o pegar alguna frase o imagen alusiva
  • Recolectar fotografías, videos o momentos específicos de la vida de esa persona (celebraciones compartidas, reconocimiento recibidos, momentos especiales)

Estas actividades permiten también una reorganización emocional, dando permiso a que cada persona se exprese de acuerdo a su personalidad, forma de expresar sus emociones y de acuerdo al vínculo que haya tenido con el fallecido.

Rituales Sociales con familiares y amigos cercanos

Se puede abrir un grupo por WhatsApp, una página de Facebook donde las personas puedan expresar lo que sientan, anotar recuerdos y anécdotas de la persona fallecida.

Asimismo, se pueden congregar por las plataformas digitales disponibles entre estas Zoom, donde se permite el ingreso a más personas invitadas.

Sugerencias de actividades: celebración de una misa, invitando a un sacerdote de confianza, lectura de mensajes reconfortantes y dar espacio libre a que los participantes expresen lo que sienten. Es usual que las personas lloren y se rían por algunos recuerdos agradables compartidos. Esas emociones encontradas son normales en todo proceso de duelo.

Es importante que siempre se respete la voluntad de los dolientes principales y que estos no se sientan abrumados con los “deberías de”, “deja de pensar…”, “falleció porque era muy bueno”.

Las personas allegadas a los dolientes pueden también ver cómo las personas están viviendo el proceso de duelo, poner atención a los estados emocionales de estos, por ejemplo, si están muy alterados o sumidos en un estado de paralización o impacto emocional muy fuerte. En esos casos alertar a los familiares cercanos a que se busque ayuda profesional que aún en medio de la pandemia se ofrece a los dolientes por muchas vías.

El duelo es un proceso dinámico, natural y único en los seres humanos, debe permitirse y dejarse fluir. Algunos allegados se asustan por las reacciones emocionales que observan en los dolientes, se debe comprender que se está teniendo una reacción normal dentro de circunstancias muy particulares.

Aún en tiempos de coronavirus el duelo puede ser vivido y necesita ser canalizado, posponerlo o reprimirlo solo va a ocasionar complicaciones en los dolientes abriendo un camino hacia duelos complicados.

Para concluir quiero finalizar citando a Viktor Frankl, un psiquiatra que vivió los horrores de los campos de concentración y con su fortaleza interior pudo salir adelante y crear la logoterapia.

Son nuestras decisiones, no las condiciones, las que determinan quienes somos”.

Rosa Mariana Brea Franco

Psicóloga, especialista en Intervención en Crisis, Trauma y duelo

McGill Univ. Canada

REFERENCIAS:

  • Frankl Viktor: “El hombre en busca de sentido”, Barcelona, Editorial Herder, 1995
  • Guía para las personas que sufren una perdida en tiempos del coronavirus (Covid-19) Pautas elaboradas por profesionales especialistas en duelos y perdidas. España, 2020