Funeraria Blandino

Mitos del Duelo

13 mayo, 2020

Por: Ramón Emilio Almánzar, MSc, PhD
Psicólogo, Sexólogo, Terapeuta familiar y parejas
Centro Vida y Familia Ana Simó

El duelo es un proceso naturalmente humano, que se vive cuando una persona tiene una pérdida significativa de otra persona, un contexto, un animalito, un objeto inanimado, o sea, cualquier pérdida en general que resulte significativa para la persona, se puede considerar como un duelo. En ese sentido, todas las personas viven sus duelos de manera muy particular, a algunas les da muy duro emocionalmente hablando, y otras, aunque se sientan tristes, no viven el duelo de manera tan profunda. Aquí es bueno decir, que duelo, en términos de nominación es básicamente, ¨dolor¨, un dolor emocional, que en ocasiones se puede hasta sentir físicamente, por ejemplo, con una opresión en el pecho.

Alrededor del duelo, existen ciertos mitos que, por no buscar información objetiva sobre el mismo, o recibir ayuda de personas que trabajan duelos en terapia, hacen mucho más daño, y pueden prolongar en el tiempo el cierre saludable de ese duelo, convirtiéndolo en un proceso enfermizo.

Algo clásico es escuchar decir, a modo de consuelo, que eso no es nada, que hay que seguir viviendo. Nadie puede decirle a una persona como debe sentir su dolor, y mucho menos decirle que su pérdida no es nada, porque cada cual sabe el significado que tenía es que perdió. Hay que respetar los procesos de duelo de las personas.

Otro mito, que incluso, se maneja mucho entre los profesionales, es el del tiempo que debe durar un duelo. Se ha manejado, de manera ortodoxa, el decir que un año, es necesario para vivir un duelo, pero esto puede variar en el tiempo, y va a depender mucho de los recursos emocionales que tenga la persona que ha sufrido la pérdida. En tal sentido, por eso es tan importante la evaluación, para saber realmente que puede estar pasando en términos de progreso y elaboración de ese duelo.

Otra falsa creencia, es la de que hay etapas que deben presentarse de manera simultánea para decir que un duelo se está viviendo de manera saludable. La psicología humana no es tan lineal, o sea, que las etapas se podrían ir presentando de una manera desorganizada, y lo que sí es importante es, que en un momento dado, bajo supervisión terapéutica, o si la persona logra desarrollar esa conciencia por sí misma, poder darle un orden psicológicamente saludable a los diferentes momentos que se han ido viviendo.

Por otro lado, no necesariamente, el hecho de que una persona haya trabajado su duelo, nunca va a sentir más dolor. Todo lo contrario, en algunos momentos de la vida, puede llegar la nostalgia y la tristeza de algo perdido, generando un bajón de ánimo situacional, que si la persona lo vive de manera natural, pues así mismo pasa y todo puede continuar de manera adecuada.

Tampoco hay una manera específica de cerrar los capítulos de pérdidas en todas las personas. En este caso, es importante tomar en cuenta el sistema de creencias de quien está viviendo el duelo, para poder desarrollar un ritual de despedida de lo que se ha perdido, porque así de significativo como ha sido la pérdida y el dolor que ha producido, de igual manera deber ser significativa la forma en que se despide eso que se perdió.

Hay personas que piensan que inmediatamente perdemos algo, hay que limpiar el ambiente de objetos que lo recuerden, por ejemplo, a la persona que murió, en caso de que sea una muerte. En estos casos, es bueno ponderar si realmente en la situación en que se encuentra la persona esto sería saludable, y mejor ir desarrollando los tiempos en que se van a ir quitando los objetos significativos que recuerden a la persona que murió. Es un error y muy peligroso para la psicología de quien vive el duelo, llegar a su casa y no encontrar nada significativo que le recuerde al ser querido que murió, porque alguien decidió que eso no debía estar presente, en el entendido de que le haría sentir más dolor a esa persona.

Tomar decisiones respecto a cómo aminorar el dolor de alguien, aplicando medidas sin consultárselo, puede resultar en una profundización de ese duelo, por lo que es importante, que nadie tome decisiones producto de sus expectativas o suposiciones con relación a como se debe tratar el dolor ajeno. En todo momento, y cualquier medida que se vaya tomando, hay que irla elaborando en constante acuerdo con quien está viviendo el duelo.